Soy hijo adoptivo de Colombia

Xavier Murunga Ekesa

Una experiencia personal de fe: La verdadera espiritualidad no se contenta con una acción externa, sino que exige una confrontación continua con las raíces de la vida, que tienden a Dios. A lo largo de los 5 años que he vivido en Colombia y el tiempo de mis estudios de teología y la experiencia hermosa que viví en Noviciado, de manera general puedo sintetizar mi experiencia de fe en dos frases;

Ha sido un tiempo de transformación de mi vida: Mi periodo de formación, ha sido para mi experiencia de fe, un crecimiento en mi estilo de vida, asumiendo el estilo que nos conduce progresivamente a la configuración con cristo y al IMEY
He sido como un hijo adoptivo en Colombia: La experiencia en este país me ha abierto los ojos para entender mejor mi vocación y asumir que, una comunión familiar bien vivida es un verdadero camino de santificación en la vida ordinaria y de crecimiento místico, un medio para la unión con Dios. Porque las exigencias fraternas y comunitarias de la vida en la familia son una ocasión para abrir de manera progresiva el corazón. Sólo digo Gracias por una experiencia hermosa que he vivido.

Al hacer lo que me inspira, puedo perseguir lo que más me apasiona en la vida mientras avanzo hacia mi destino. La paciencia y la diligencia han sido mi pilar durante estos 5 años en Colombia. Aunque a veces nos encontramos con personas que te juzgan y algunos que no creen en tu capacidad; – “Mateo 10, 28 -Y no temas a los que matan el cuerpo”- No perdí la motivación y de hecho con eso; para demuéstreles que están equivocados.

La vida en Cristo a la que estamos llamados no la alcanzamos por mérito propio; es necesaria la ayuda del Espíritu Santo que nos conduce a esta perspectiva de tranquilidad interior. Ese Espíritu de Dios y nuestro espíritu (fuerza interior) dan un testimonio, es decir, cuando todo su ser y toda su vida están ordenados, dirigidos e influenciados por el Espíritu de Dios, por su aliento que es vida.