Apreciado Padre Jairo Franco
Quiero agradecerle su lúcido y agradable comentario a la Carta Pastoral del Señor Builes para la cuaresma de 1929.
Entre su posición y aquella del P. Osorio Oscar en su libro “MAB Profeta del acontecer nacional” hay un abismo. Y me acuerdo del dicho que dice que ‘fueron por lana y salieron trasquilados’. Quién te haya pedido de buscar profetismo en esta carta del 29, no se esperaba quizás tal conclusión: El excelentísimo Monseñor Miguel Ángel Builes Gómez no es profeta. O sí, pero de una manera que no es tan tangible. Pero qué más da, y de todas maneras seguimos siendo sus hijos, hijas, laicos. Su estrella de 6 puntas. No! Pero si da y es importante seguir disertando sobre ello y admiro todo lo que escriben otros hermanos Xaverianos.
Me he quedado pensando y se me ocurre lo siguiente:
San Pablo y hasta lo voy a citar, dice: 1 Cor 12:7-11 “ Pero a cada uno se le da la manifestación del Espíritu para el bien común. Pues a uno le es dada palabra de sabiduría por el Espíritu; a otro, palabra de conocimiento según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; a otro, dones de sanidad por el único Espíritu; a otro, poder de milagros; a otro, profecía; …. Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, distribuyendo individualmente a cada uno según la voluntad de Él.
También en 1 Cor 13:8-10 “El amor nunca deja de ser; pero si hay dones de profecía, se acabarán; si hay lenguas, cesarán; si hay conocimiento, se acabará. Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; pero cuando venga lo perfecto, lo incompleto se acabará”. Y Saulo de Tarso agrega en 1 Cor 14:1 “Procurad alcanzar el amor; pero también desead ardientemente los dones espirituales, sobre todo que profeticéis”. Sencilla y llanamente apoyado en estos textos quiero decir que el carisma de profecía no es el de Mons. Builes. A él, el Espíritu no lo adornó con ese como a Gerardo Valencia Cano. Apoyarme en estos textos paulinos para decir lo que vengo de decir trae su peligro, pues el profetismo del AT hasta Juan Bautista venía y siguió con unas características bien particulares, mientras que el de la naciente secta de los cristianos se reñía en reuniones con el don de lenguas. Eran asambleas exaltadas, carismáticas y Pablo muy conocedor del AT puso orden en ese desorden. La Profecía es un don, que tal que todos tuviéramos que ser profetas como don Helder Cámara, no habrían Teresitas de Lisieux y Loyolas académicos. No niego la impronta profética del bautismo, como la realeza y el sacerdocio. Por tiempos Dios suscita profetas de entre los profetas.
Monseñor Builes tiene el carisma de Fundador y en grado muy agudo, bástenos pensar en sus comunidades y su arriesgado método de empezar en cero, confiado en la providencia. Sus fundaciones no brotan de un afán de inventar cosas, son fruto del discernimiento, de la oración constante, del consejo pedido.
Cuando metemos a Builes dentro del esquema de los profetas más sobresalientes del AT y le pedimos que por qué no se comportó como ellos, para poder decir en verdad que entonces si fue profeta, de la altura de Valencia, Romero, Luther King, De las Casas y otros más podríamos estar leyéndolo desde nuestro concepto experienciado de profetas. ¡Su cauce es otro! ¿Cuál entonces? Él es polifacético, complejo, contradictorio, de una veracidad óntica. Es un místico, y de una mística donde mastica o medita día y noche el acontecer no solo nacional, sino mundial. Su mística parte como método de una lectura permanente de la realidad y por este ángulo se aproxima al profetismo, pues anuncia y denuncia desde lo ‘parcial’; y me atrevo a pensar que no podía ser de otra manera, pues su curriculum vitae no daba para más. Un campesino, formado en el catolicismo tradicional paisa. Estructurado en el paradigma decadente de la cristiandad occidental. En una diócesis inmensa, llena de pobres, puro pueblo como él mismo.
Me di a la tarea, antes de escribir estas reflexiones a releer la carta del 29, y se nota tan evidente su mentalidad inamovible moral y entre líneas y sin mucho esfuerzo se nota una preocupación por el tema de la virginidad de mujeres y de hombres corrompidas por la línea del ferrocarril de Antioquia y la construcción de la carretera al mar pasando por Santa Rosa y Yarumal y que el influyó para que la pasaran por Matasanos-Yarumal-Valdivia. Estuvo inicialmente diseñada para seguir el río Porce y salir al noroeste antioqueño.
En particular me llamaron la atención dos párrafos que deseo citar:
“Si la escuela liberal, en fin, hace consistir el progreso en la independencia del Estado de toda tutela y jurisdicción religiosa, y por lo mismo en la secularización del organismo social, en las limitadas libertadas del pensamiento, de la palabra, de la conciencia, de los cultos, o quisiere desligar la sociedad de sus deberes religiosos echándola por el camino de los grandes adelantos materiales con prescindencia de la divinidad y de los deberes para con ella, no olvidéis amados hijos nuestros, que la sociedad se compone de unos mismos miembros ya se la considere en el orden civil, ya en lo eclesiástico, y que por lo mismo el progreso ha de ser armónico en lo material y en lo espiritual, … El individuo como tal y la sociedad como un compuesto de individuos, tienen que tender a Dios sin cesar, y el progreso material no ha de ser un obstáculo para el verdadero progreso, sino antes bien una escala para remontarse hasta esa colina luminosa donde habita la luz inaccesible de la Divinidad”.
Pienso que:
- El tema de la secularización no cabe en la cabeza del Obispo. Es el abismo. La vio en USA, en Europa y vivía en desasosiego. Inevitable y sana secularización que hoy es reto para todas las fes.
- Él se sostiene en lo fundante de la búsqueda de Dios.
- La sociedad civil y eclesiástica se compone de los mismos miembros (agrego de mi parte liberales y conservadores). Ambos deben tender al bien supremo.
El otro aparte que atrajo mi atención es este:
“La Conferencia Episcopal de 1927 que trató ex profeso el asunto de las disidencias se expresa así: “Cuando se trate de dos parcialidades aunque sean correctas (honestas, es decir, que no profesan doctrinas condenadas por la Iglesia) no favorezcan una más que otras .
Más cuando alguna de esas corrientes se alía a los enemigos jurados de la Iglesia, o hay temor de ello, (entre nosotros la amalgama con el liberalismo es visible) hay que favorecer la corriente que defiende los derechos de la Iglesia y oponerse con prudente energía a las corrientes coalicionistas”.
Ahí lo tenemos, radicalizándose en su apuesta antiliberal. En el 29 lleva 5 años de obispo. Un hombre sin mayores estudios que los que ofrecían en un seminario de provincia, unos sacerdotes eudistas franceses. Y de paso recuerdo que Juan Eudes fue un contra-reformista de talla, aliado a la creación de seminarios. No fue profeta en sentido estricto. Volviendo al camino emprendido, agrego que no tuvo el Fundador la capacidad de cuestionar y deconstruir el sistema firme y cerrado en que fue formado. Años después se granjeó enemigos entre sus colegas obispos y por él, la Conferencia Episcopal se dividió. Una mayoría contra tres mosqueteros, por temas como la educación y la falta de radicalidad de los obispos en la defensa de la Iglesia. Fue obligado por el Nuncio a callarse.
Me da la impresión que a Mons. Builes, a veces una lectura de su caudillismo político lo quiere sacar en limpio, diciendo que atacaba el liberalismo como doctrina filosófica. No lo creo. Monseñor cayó bajo en la militancia partidista y no le quedó bien para nada. Ayudó a polarizar ciertamente la Colombia de esos años donde la violencia bipartidista tan absurda como la actual campeaba. Foucault afirma que el poder es una relación de fuerzas en situación estratégica en una sociedad en un momento determinado. Builes está atravesado por relaciones de poder eclesiásticas y estatales, y no puede ser considerado independientemente de ellas. Creo que encontrar un profeta en estado puro, sin ideología, sin poder es imposible. Ser profeta en sí, es haber adquirido un poder para usarlo en contra de unos y en favor de otros. El solo hecho de haber implicado a Dios en el profetismo es de por sí cuestionante y arriesgado afirmar que eso es lo que Él manda a decir. Que mejor que Zaratustra gritando que los profetas se acabaron, porque los verdaderos los produce el pueblo y a los otros se les murió su dios. Es posible que la forma de actuar y hablar de Builes si guarda un profetismo peculiar a él. Elías mandó matar a 450 profetas baales por la idolatría de un dios que se infiltraba bajo una mentalidad alterna edonista, sensual y sin proyecto de comunidad. Hay acciones que pueden llevar a lo impensable. Nunca en público, ni en su diario hay un mensaje incitador a la violencia y Builes como hombre público fue atacado de todas las formas.
Builes es un poderoso representante y defensor de una sociedad en decaimiento y casada con Sara la estéril (la iglesia según Boff L), llamada a renovarse. Anciano, se fue a algunas sesiones del Concilio II a votar en contra de todos los cambios sugeridos. Es bien curioso que siguiendo el rumbo conflictivo del Imey, este místico engendra un profeta de la talla de Valencia: Hijo de tigre no siempre sale pintado y de tal palo no sale cualquier astilla. Ambos fueron al Concilio y uno se abre y el otro en su ocaso fue fiel a lo que siempre creyó. ¿Quién es más fiel si fuera honesto comparar? Y a Jaramillo le fue dado el don de predicar, con una mística que enamora de Dios, recibiendo la palma del martirio como a algunos de los profetas. Relaciono estos tres, pues Builes como Fundador se prolonga en el profetismo de Valencia anacrónicamente y en la Palabra erudita de Jaramillo y en su deseo del martirio Builes lo alcanza en Jaramillo. Un padre que engendra un profeta y un mártir, un místico como Oscar Ruiz, Un Múñoz sagaz e inteligente, un místico como Francisco Gil, un sabio como Bayter.
Si de comparar a Builes con los veterotestamentarios profetas fuese posible, lo percibiría más del lado de los jueces bíblicos: fundadores del naciente pueblo en su instalación en la tierra de la promesa. Arrasando con todo aquello que no esté en la santidad requerida por el Levítico. Y Sansón lo podría figurar en el sentido de su fuerza y energía. Fue llamado el azote para los filisteos, como lo fue Builes para los liberales si la analogía es permitida.
Me parece muy acertado lo del P. Franco en su escrito y su crítica en la forma como Builes con el poder que le ofrece su episcopado se mueve en la escena política. Su profecía, si hay algo, es conservadora y puede ser conservadora como la de Romero de América que denuncia la maldad de un régimen. Pero su pensamiento es integro en el dogma. La profecía de Builes se ahonda en un sentido profundo de la promoción humana. En esto es un maestro: colegios, liceos, centros de salud, hospitales, orfanatos, lista interminable y todo ello es expresión de su carisma central que es ser Fundador. ¿Es todo fundador un profeta? ¿Son las fundaciones en sí una profecía? Nuestra promesa jurada es de por si profética!
La pregunta que inquieta al Padre Jairo, de por qué no denunció la masacre de las bananeras y al contrario se dedica a escribir una pastoral sobre el peligro del progreso, es sensata no sólo para hacérsela a Builes, sino y en primer lugar al Obispo de la Diócesis madre de todas las diócesis de Colombia: Santa Marta. En esos años fue obispo Joaquín García Benítez, quien en 1942 pasó a ser arzobispo de Medellín y férreo enemigo y opositor de Mons. Builes. Encontré este telegrama donde Joaquín García denuncia los actos cometidos y la manipulación que de ellos hace en el congreso Gaitán: “Enrique E. González. Santa Marta, 10 de septiembre de 1929. Secretario Ministro de Guerra. Bogotá. Respecto a los crímenes de que se ha hablado últimamente en el Congreso, ellos son tan horrendos que es imposible concebir que se hayan cometido sin que nadie los hubiera conocido hasta el presente y si tal conocimiento se hubiera tenido sin provocar las más mínimas protestas, por lo menos de la ciudadanía honrada y honorable, habría que concluir que los habitantes del Magdalena somos una tribu de cafres aún por conquistar, y ¡vive Dios!, que por algo se ha llamado a esta hidalga y noble tierra «la hospitalaria» y por ende, la de nobles sentimientos. Atto. Joaquín, obispo de Santa Marta. (Joaquín García Benítez)”[1]. No veo por qué se le pide a Mons. Builes que profetice sobre esta masacre en concreto, que está bien lejos de su Santa Rosa de Osos. Le correspondíaello al ordinario del lugar, al Presidente de la Conferencia episcopal o al Nuncio apostólico. El hecho de que haya visto la lectura que Gaitán hizo para su propio beneficio lleva el sello del comunismo y quizás a esto se refiere la senadora del Centro Democrática María Fernanda Cabal, no negando sino sugiriendo otra lectura de la que siempre se ha hecho. Esa compañía hoy es Chiquita Brands y está implicada en pago y apoyo a paramilitares.
Fue polémico al cien por ciento, como Uribe o el cardenal de infeliz memoria Alfonso López. Señaló con una agudeza mas allá del bipartidismo que el comunismo ateo es la ruina de la sociedad. Tuvo a Gaitán entre ceja y ceja como la cabeza. Y es bueno recordar que el liberalismo en esos años en Colombia estuvo divido. Un ala radical liderado por Gaitán, quien en Roma se doctoró en Economía, conoció el marxismo y se alió al partido comunista de esos años. Su populismo fue avasallador de las masas. Y el liberalismo de Alberto Lleras Camargo, de élites comerciales con quienes Builes sostuvo mejores relaciones. Gaitán fue el mismo demonio para el Fundador.
Valoro de Builes su pasión por Colombia. Fue un atormentado entre 300.000 muertos que dejó esta época de violencia (48 al 58) y 2 millones de desplazados para una población de 11 millones en la Colombia de entonces. El termino pobres se acuña desde el Concilio, como su opción preferencial en Medellín y Puebla. Para él, Colombia es una sociedad desangrada por el olvido de Dios, por una lucha de poder entre los intereses de Dios –a evangelizar a los pobres me ha enviado el Señor, reza nuestro lema, curioso, verdad?-, mas allá del partido conservador, aunque es su base ideológica y política y el avance de un sistema polipartidista comunista y liberal y grupos de exterminio como guerrillas y autodefensas. Su miedo a perder siglos de hegemonía teocéntrica lo apasionaron tanto que se enredó en la escalada de la violencia, de la que nosotros no hemos podido escapar. Décadas de aniquilación del otro, desposeyéndolo de su vida ha convertido a ‘otro’ en un no-hombre, en un desaparecido, nuestra patria ha sido una fábrica de cadáveres (Auschwitz), usurparon la libertad de muchos y pusieron precio a los hijos de hombres. No somos humanos hasta que la justicia no sea ya un combate de derechas e izquierdas. El Imey está inscrito en esta historia del Fundador con una apertura inusitada y creativa. Que esta asamblea nos ayude a valorar mas a la lumbrera de Builes, de quien me siento hijo y muy orgulloso de Él y no quisiera que lo canonizaran, pues esos líos son pasiones inútiles llenas de vanidad.
Oscar Londoño Builes mxy
[1] http://socioculrura.blogspot.com/