Maravilloso el título del último escrito del padre Julio Guzmán: “¿NO RESPONDES NADA?” (Mc 15, 4); yo hago resonancia afirmando: “SI ESTOS CALLAN, GRITARÁN LAS PIEDRAS”. (Lc. 19, 40).
Los anteriores textos son el reflejo de un diálogo sabio y nos ayudan aprender desde Jesús cuando callar y cuando hablar; Él es la palabra, el logos, la verdad. En la versión de Marcos citada, y en Juan (18,31: 19,10), Jesús calla ante Pilatos (poder político); sin embargo, En la entrada triunfal de Lucas, la alegría mesiánica le impide a Jesús quedarse callado ante los fariseos (poder religioso), las palabras de Jesús implican que si no se habla del mesías gritarán las piedras, es decir, las ruinas de un estado degradado y enfermizo. ¡Qué ironía!, algunas veces Jesús calla, pero otras veces habla aunque no lo escuchen o no lo entiendan, como lo hizo con la mujer pecadora (Jn. 8, 6-7).
Jesús no pudo callar ante la alegría mesiánica. La misma la entiendo como la utopía del reino de Dios. Mientras algunos dicen: “todo pasado fue mejor”, la utopía grita: “siempre el futuro podrá ser mejor”, “el reino de Dios está entre nosotros”. En ese sentido puede exclamar el IMEY, así como hoy grita el pueblo Colombiano; que, como dijo el padre Julio, buscamos gallos finos que nos ayuden a construir futuro.
Por otro lado, en el sentido de buscar un buen diálogo me dirijo a Ud., querido y estimado Padre Julio, Imposible quedarme callado. Lo más importante: no juzgarnos (Mt 7,1), y comprendernos: “la verdad nos hará libes” (Jn 8,31). Ud. Me dice: “Te faltó valor para retractarte públicamente de tu juicio contra la administración económica del IMEY”. Yo le digo desde lo anteriormente citado: “algunas veces hay que callar y otras sabiamente hablar”.
Utilizas hacia mí la palabra: “JUICIO”. Un Juicio puede entenderse de dos manera: 1. como facultad del entendimiento que distingue el bien del mal; o 2. como hecho jurídico, en el que existe una ley, un juez, un juzgado y una condena. Espero que tu idea sea más lo primero más que lo segundo, de lo contrario no entendiste la intención de mi escrito sobre economía. Si es lo primero, ¿de que me he de excusarme?, “si he hablado mal, demuéstrame la maldad” (Jn 18,23), si me lo dices, con toda humildad reconoceré mi equivocación.
De igual forma quiero aclararle que mi escrito sobre la economía, más que juicios, buscaba un espacio para el diálogo, ese que muchas veces no sabemos hacer, porque se prefiere callar diametralmente. Hoy la economía sigue siendo una dimensión tabú. Frente a ello siento que no he de excusarme por las siguientes razones: nunca dije mentiras o cifras incorrectas, nunca juzgue mal a nadie sino que hice preguntas, las mismas que nunca fueron respondidas y nunca se logró establecer un debate institucional claro, sincero y de hermanos sobre el asunto. Además sigo pensando que al IMEY, una familia de hermanos que somos, le deben sobrar protocolos, burocracia o roles cerrados de poder; para empoderarse más en gobiernos corporativos, en el apoyo de asesores imparciales, en escuchar las bases, en la apertura a la reflexión comunitaria, en la transparencia en la información y en libertad para hablar abiertamente los problemas. Todavía nos hace falta mucho.
Me parece muy bueno que usted toca el tema, porque para mí esa realidad está más viva que nunca, el problema sigue ahí y las futuras generaciones seremos viñadores. ¿Cómo asumir el problema?, unos se asustan, otros no lo ven, otros se hacen los indiferentes, otros los absorbe el prudentismo, algunos hacemos aspaviento, y, lo peor, otros lo maquillan quizás por no escandalizar o por guardar ego, o simplemente la estructura jerárquica así es, no sé de verdad. Últimamente he preferido callar porque más que armar lío se deben proponer soluciones y respetar a quienes se encerraron en él. No hay peor ciego que el que no quiere ver.
Si aún con lo que digo ud. cree que he de excusarme; le pediría primero, por lo menos, se tome la tarea de tratar de responder junto a mí esas cuestiones que aún tengo, que quienes deben hacerlo no lo hicieron, y que siguen ahí inscritas en ese artículo de hace meses; de igual forma invito a todos los javerianos que piensen que dicha situación hay que dialogarla, a que se pronuncien. Pienso que así podríamos tener un diálogo sano y justo, es cuestión de entendernos y de apagar los fantasmas de enemigos creados; en palabras de Habermas (teoría de la acción comunicativa I, pg. 393-396) a toda pretensión de validez el receptor deberá buscar la inteligibilidad desde 3 elementos: rectitud normativa (sugestionar la acción), veracidad (intención del otro), verdad (juicios acertados a la realidad tangible). Después de pedir diálogo al IMEY termino afirmando: “si estos callan gritarán las piedras”
Santiago Guzmán Pizarro mxy
Misionero en Costa de Marfil
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