1955-2020
José del Rosario, el quinto de los hijos del hogar de José Dolores y Ana Belén, nace el 2 de mayo de 1955, en san Luis de Chucarima (Norte de Santander). El ambiente de su familia campesina y trabajadora, inspiraron la vocación al Sacerdocio como el móvil de su vida personal.
José del Rosario, fue emblema del misionero de Yarumal, desde el ingreso al Seminario tuvo claridad acerca de la función misionera de la vocación sacerdotal, así lo expresó en la carta de solicitud al paso del bachillerato al Seminario Mayor, el 11 de noviembre de 1974, a sus 19 años de edad: “Una alegría inmensa me embarga al experimentar, en este fin de año, que una gran fuerza interior me impulsa a definirme, a dar un paso que considero decisivo en mi realización personal: Comprometerme con Cristo, en la vocación misionera, por un mundo más humano y más cristiano… me es difícil expresar por qué quiero seguir en este seminario, la verdad es que no conozco el funcionamiento de otros, simplemente amo el sacerdocio, porque veo que en él puedo realizarme y porque desde él puedo contribuir a hacer de muchos hombres, metales sepultados por la tierra, una campana que anuncia la resurrección de Cristo.”
Como emblema del Misionero Yarumal, lideró los procesos de madurez del Instituto a la misión ad gentes: Fue miembro del primer equipo misionero enviado a Kenya, África, en 1982, fue miembro del Consejo General después de haber sido maestro de novicios; formó parte también del equipo misionero en Mali, en África Occidental; pasando luego a liderar procesos de formación diversificada en Kenya, desde donde fue llamado un día del año 2012 a “cañadas oscuras”, a liderar el Instituto de Misiones Extranjeras de Yarumal, como Superior General durante el sexenio 2012-2018 orientando durante este periodo el caminar de nuestra historia con las referencias del Redentor, desde el Pesebre hasta el Altar, y desde este hasta la Cruz. Su misión desgastó su salud, y para cumplir su Promesa de compromiso por un mundo más humano y cristiano, su compromiso se hizo efectivo con el dolor de las víctimas de la Pandemia del COVID19, la causa de su pascua.
Con dolor para respirar, su vida terrenal se apagó al amanecer del 24 de noviembre de 2020, resucitando con Cristo, como fue su ideal. José del Rosario, entra al Reino preparado por tu Señor, descansa en Paz, y regálanos desde el Cielo tu intercesión y tu Paz.
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