Año 1974. Iniciamos este año con un propósito. Evaluar nuestra presencia y nuestro caminar en cuatro años de compromiso misionero en tierras bolivianas. Habíamos iniciado la experiencia Gerardo, Gabriel, Alberto y en un venir y volver hemos compartido la misión con Guillermo, José, Jairo, Alberto Restrepo, Fabián, Leonel. Entramos al quinquenio Guillermo, Gabriel y Alberto. Muchas aguas nos han mojado, algunas piedras nos han caído, grandes satisfacciones hemos vivido, pocos sinsabores sin embargo y aquí seguimos con las manos en alto, con entusiasmo y alegría, compartiendo entre gavillas el don del Señor. Hemos creado y ofrecido un ambiente de familia. La casa parroquial se volvió un lugar de puertas abiertas donde todas las personas, aún el campesino que era más recatado y tímido, no tocaba puertas sino que entraba. Uj misata munani tatay, o baptismata munani tataita, decían (quiero una misa, un bautismo mi padre, mi padrecííto ¡!). Algunos jóvenes entraban como a su casa a conversar, a reír, a hacer nada, pero entraban y se creaba un ambiente de amistad y confianza.
La pastoral sacramental iba lenta, muy lenta, como la caravana en el desierto pero estábamos conscientes de esta realidad, de esta cultura, de este “rumiar” del qué hacer y cómo. No se trataba de cambiar esa fe que desde antaño se vivía con honestidad sino fortalecerla, ilustrarla, acompañarla sin quitar la esencia. No nos reuníamos sino que nos arrimábamos a estos viejos troncos de curas alemanes o belgas más remozados pero muy bien intencionados, que nos daban lecciones de vida y de servicio. Y nosotros seguíamos acompañando a nuestra gente, tratábamos de sentir y acompañar sus necesidades en diferentes aspectos de su vida humana y participábamos en su abundancia y sus carencias. Nos sentíamos contentos pero cansados, animosos pero desconcertados algunas veces.
A mediados del año nos anunció visita el Superior general del IMEY, padre Antonio Bayter. Su visita siempre era esperada con alegría; su actitud paternal, su amistad y su sentido analítico en una realidad concreta era una luz y un soporte que nos alentaba a continuar los programas emprendidos. Este anuncio y esta espera nos urgió a clarificar nuestras reflexiones para una evaluación serena, clara y realista de nuestro compromiso javeriano en Bolivia. Esta visita se dio en la segunda quincena de Julio. Su llegada se dio por Tupiza lo que le permitió un saludo a los padres redentoristas.Ya en Cotagaita programó visita a Calcha y a Atocha para luego dedicarle unos días a la oración con el grupo y a la evaluación que le habíamos anticipado.
En la reunión sintetizamos los pensamientos que habíamos intercambiado en los últimos meses. Cómo nos sentimos. Cómo sentimos a la gente. Qué pensamos hacia el futuro, qué conviene hacer y con qué personal. Coincidimos en que nos sentíamos bien en salud física y espiritual, contentos y disponibles a seguir. Percibimos que la gente está muy cerca de nosotros. Las personas más allegadas daban la sensación de haber rescatado en nosotros lo que habían perdido veinte años atrás con la salida de los padres redentoristas. Ahora respondían a nuestras sugerencias y encontramos eco a nuestras iniciativas. Necesitamos sin embargo, fortalecer el equipo y abrirnos, oxigenarnos y de pronto tener un segundo equipo en un lugar alternativo para un intercambio interno y a lo mejor con otro clima y circunstancias diferentes.
Reflexionamos varias opciones para continuar nuestro compromiso misionero en Cotagaita. 1.- Aumentar el personal. 2.- Reintegrar el personal (Uno o dos cambios). 3. – Renovación de todo el equipo.
Optamos al final por la tercera, la renovación de todo el equipo pero con un buen empalme y más importante, que sea un equipo homogéneo, con sentido de fraternidad javeriana y con muy buena capacidad de equipo. Si nos hemos sostenido ha sido por la fraternidad, si algunas veces nos disgregamos fue por la falta de equipo. El P. Bayter se compromete a organizar el equipo que debe venir a finales del año. El hermano Guillermo Cadavid debe viajar a Colombia por tardar en el mes de Noviembre y los padres Gabriel Maya y Alberto Betancur a principios de Enero para que inicien los estudios de Pastoral en el Instituto del Celam de Medellín e Itepal en Bogotá. El P. Superior regresará vía Potosí – La Paz para conversar con el Señor Obispo e informarle lo resuelto en la reunión de Cotagaita.
En espera del nuevo equipo, dosificamos los compromisos pastorales e iniciamos la elaboración de un informe como parte del empalme para darle continuidad a los programas que llevamos, con logros y limitaciones, posibles metas a mediano y largo plazo, lista de personas más allegadas y colaboradoras y algunas más reticentes o alejadas de la parroquia. Recibimos la noticia que el nuevo equipo podría llegar en Diciembre.
A mediados de Noviembre despedimos al buen hermano Cadavid que nos había acompañado por cuatro años en esta misión de Cotagaita. Hombre de una sola palabra, excelente compañero y hermano de comunidad javeriana, alto de estatura y adusto en su semblante pero de una nobleza cálida que afloraba bondad y cordialidad con las personas mayores y especialmente con los niños a quienes compartía sus sabios conocimientos de apicultura y de taxidermia y en sus buenas horas semanales de catequesis. Su destreza, habilidad y paciencia en la taxidermia se hicieron famosas en el contorno del Departamento y esto se percibía en la sala de entrada de la Casa Parroquial de Cotagaita donde el hermano Guillermo exhibía unos cincuenta ejemplares de aves disecadas de distintos climas y lugares y entre ellas sobresalían dos cóndores andinos una en posición de descanso y un ejemplar adulto con sus alas desplegadas y con una envergadura de 2.65 metros y sostenido en vuelo en el cielo raso de la sala de exhibición. Turista que llegara al pueblo de Cotagaita no seguía su camino sin antes hacer su visita a la casa parroquial y conocer un poco de la fauna de la región mediante el arte del hermano Guillermo. A este buen amigo y hermano la gente de Cotagaita despidió con honores y no dejaron de expresarse con muchas lágrimas en su despedida final. Gracias Guillermo, que el Señor te tenga en su gloria.
Los integrantes del nuevo equipo anunciado son los padres Alberto Mesa Romero, de 17 años de ordenado, Jaime Enrique Duque Correa, de 7 años de ordenado, Juan de la Cruz Ceballos C. y Gregorio José Sejín Rodelo, recién ordenados. Este equipo solo pudo ingresar a Bolivia y arribar a Cotagaita en la tercera semana de Enero por lo cual tuvimos que apretar el programa de empalme en vista de tener que estar en Colombia para iniciar estudios programados en la tercera semana del mes de Febrero.
Lo primero fue la visita a Monseñor Fey, Obispo de Potosí para la presentación oficial del nuevo equipo y la oportunidad para expresar al Señor Obispo el reconocimiento profundo y despedida de Gabriel y Alberto.
Vueltos a Cotagaita, en una semana intensa hicimos la presentación de los padres recién llegados a la comunidad de Cotagaita, promovimos reuniones con algunos de los grupos más significativos y visitamos algunos de los anexos más cercanos.
Presentamos el informe elaborado con buena anticipación e intercambiamos ideas sobre “La situación de la Realidad”. En la siguiente semana visitamos a los padres redentoristas de Tupiza y al P. José Dessart, sacerdote Belga y Párroco de los Centros Mineros de Atocha, amigo y vecino de nuestra parroquia. Y mientras compartíamos los últimos días antes de nuestra partida a Colombia, informamos un poco acerca de la campaña que estábamos llevando para concientizar sobre la conveniencia y las posibilidades de agua potable para la población de Cotagaita y continuar los nexos con el Comité de Desarrollo Departamental de Potosí, organismo oficial que permitía canalizar proyectos en beneficio de las comunidades.
Programamos nuestra partida de Cotagaita para la segunda semana de Febrero. La gente no sabía cómo expresarnos su adhesión y cariño. Invitaciones por acá, invitaciones por allá. En sus visitas frecuentes en estos últimos días nos recordaban muchos momentos y situaciones de estos cinco años compartidos con intensidad.
Frente a estas manifestaciones que las sentíamos salidas del corazón, Gabriel y Alberto no dejábamos de pensar en aquellos momentos de nuestra primera llegada (año 1970) en compañía del Señor Obispo para tomar posesión de la parroquia que la Providencia tenia predestinada para los Misioneros Javerianos en Bolivia. Conjugábamos la soledad de aquellos lejanos momentos y la algarabía de estos y entendíamos que la vida misionera conlleva muchos sentimientos y actitudes entrelazados que integran nuestro caminar en los designios del Señor. Y fue como nuestra despedida entre lágrimas, muchas lágrimas y cantos, alivianaba nuestra pena de dejar lo que habíamos vivido intensamente por estos inolvidables años.
Viajamos por tren desde Tupiza a la ciudad de La Paz para tomar el vuelo el día 14 de Febrero de 1975, con destino Colombia. Y así partíamos una primera historia de los misioneros javerianos en Cotagaita Potosí con la entrega de la bandera en alto a un segundo equipo que se encargaría de enarbolarla con mano firme y corazón resuelto. Alberto, Jaime, Juan de la Cruz y Gregorio José ya se encargarían de flamearla por este sur de Bolivia, tierra de quechuas y ensueño de Chaskañawi.
Años 1975 – 1977. El nuevo equipo, con el informe elaborado por Gabriel y Alberto en mano, con paciencia, observación y estudio de meses replantearon un plan pastoral que enfocaba las estrategias específicas a seguir en diferentes grupos humanos como Alberto con los adultos, Jaime con las cholitas, Gregorio con la Juventud y Juan de la Cruz con los niños. Fortalecieron su compromiso con la Escuela Manuel José Cortés y particularmente con el Colegio Medinaceli en donde asumieron materias como filosofía y religión entre otras. Multiplicaron las salidas al campo y ampliaron sus programas en Calcha, Toropalca y Yavisla. Continuaron con la radio parroquial y el periódico Avance como excelentes instrumentos de evangelización y comunicación. Remodelaron algunas capillas del campo como la de Cornaca e hicieron la nueva capilla para la comunidad de Manzanal.
Un sueño que se hizo realidad fue la dotación de agua potable para el pueblo de Cotagaita. La copajira ha venido envenenando las aguas del rio Cotagaita desde los años en que se desarrollaron los centros mineros de Atocha y Telamayu. Con la llegada de los misioneros javerianos se inició una campaña “Pro agua para Cotagaita” y al cabo de ocho años se vio cristalizada la idea que subsanaba una de las necesidades prioritarias del pueblo.
Resaltamos en el año 1977 varios acontecimientos como la construcción de la Casa de Pastoral y del Catequista, el regreso del P. Alberto Mesa a Colombia después de tres años de fecunda presencia misionera en Cotagaita, la llegada del P. Luís Gonzaga García para animar el equipo de Javerianos y la entrada de las Hermanas Capuchinas de Colombia a integrarse en la pastoral de los Javerianos en Cotagaita. Este equipo de Hermanas Capuchinas dinamizó desde un comienzo la pastoral de la Parroquia y ayudó al crecimiento de todo el equipo misionero en la vida comunitaria, en la oración y el testimonio. El trabajo de las hermanas se multiplicó cuando parte del equipo de ellas fijó su residencia en los anexos de Cornaca y Vichacla siendo un testimonio de pobreza e inserción en dos de las comunidades más lejanas del centro de la Parroquia.
Años de 1978. Mes de Febrero. El Equipo javeriano de Bolivia con sede en Cotagaita acepta del Señor Obispo de la Diócesis de Potosí Monseñor Bernardo Fey, la Parroquia de Villazón. Esta parroquia está situada en la frontera de Bolivia con la de la República Argentina y lleva un proceso de desarrollo y crecimiento acelerado que requiere un equipo de misioneros para enfrentar los desafíos pastorales del presente y del futuro de esta zona sur de la Diócesis y del país. El equipo de javerianos que debe asumir esta responsabilidad, queda conformado por el P. Gabriel Maya S. quien regresa a Bolivia por solicitud expresa del Superior General P. Antonio Bayter A, después de tres años de estudio y actividad en la formación en Colombia y los padres Luis Gonzaga García y Gregorio Sejín quienes han venido trabajando en la Parroquia de Cotagaita. Este equipo de javerianos fue muy bien recibido por los residentes de Villazón y esta actitud propició una apertura hacia diferentes programas de la Parroquia en grupos y catequesis. Este trabajo fue fortalecido por la presencia de las hermanas capuchinas que también se integraron a la pastoral de Villazón en el año siguiente y facilitó una campaña vocacional que dio frutos en vocaciones femeninas y sembró algunas inquietudes en la juventud masculina.
Debemos resaltar la formación de catequistas en un centro llamado Yuruma en la localidad de Arenales con cursos, encuentros y programas para las parroquias de Villazón, Tupiza y Cotagaita. Este centro, situado a unos veinte kilómetros de Villazón se hizo en base a una linda Capilla que construyó Monseñor Gaínza, párroco diocesano diez años atrás y benemérito por su celo y entrega que supo robarse el corazón de los Villazoneños por muchos años. Se agrega al área física de la capilla un complejo de dormitorios para unos cincuenta catequistas y algunos espacios para cocina y otras necesidades como baterías para baño y aseo.
En este año 1979 se recibe la parroquia de Talina situada a unos treinta kilómetros de Villazón y que viene siendo atendida por los padres Redentoristas de Tupiza. Llega de Colombia el P. Raúl Villa Palacio a quien se le encarga la atención de la Parroquia en compañía del P. Jaime Duque C. que pasa de Cotagaita a asumir esta nueva responsabilidad. En el curso del año el P. Raúl debe regresarse a Colombia por recomendación médica y es reemplazado por el P. Mario León Ramírez que acompañará al P. Jaime. También sale el P. Luis para Colombia y viene en su reemplazo el P. Belisario Ospina.
Por los años 80 sale el P. Jaime y llegan de Colombia el P. Israel Castrillón y el hermano Manuel Colorado, quienes acompañarán al P. Mario en Talina. Sin embargo, el hermano Colorado no pudo permanecer mucho tiempo en Bolivia por salud y clima. Es bueno saber que la altura y el clima de nuestra tres misiones javerianas de entonces, dificultaban la adaptación rápida de algunos misioneros. Cotagaita con 2.600 metros sobre el nivel del mar, Talina con 2.700 metros, Villazón con 3.600 metros y todo el país con las estaciones bien determinadas, con un frio de invierno (temperaturas bajo cero en los meses de Junio a Septiembre) que cala hasta los huesos y sin recursos para mitigar la situación, exigían una salud física y mental que no todos podían superar suficientemente.
Las tres parroquias ubicadas en la misma región permitía a los javerianos realizar una pastoral de conjunto, era un recurso que facilitaba cambios internos en los equipos para una estabilidad del personal en el país y ayudaba al proceso de formación de líderes y catequistas como una de las prioridades que nos habíamos fijado los javerianos en Bolivia.
En 1982 se programa una reubicación interna del equipo javeriano. Los padres Gabriel e Israel pasan a Cotagaita y el P. Gregorio a Calcha y Toropalca. En Villazón continúa el P. Humberto Herrera quien había llegado un año atrás y lo acompaña el P. Juan de la Cruz Ceballos y en Talina el P. Mario León Ramírez.
Programamos reuniones frecuentes aprovechando el Centro de Catequesis Yuruma y ocasionalmente nos reuníamos en alguna de las parroquias para incentivar la oración, la programación y el intercambio de sanos “chismes” javerianos que nos mantenía al día y en tónica de vida comunitaria. Lo que no pudimos fue lograr la estabilidad del personal en la región que nos impedía profundizar en los proyectos de vida de cada grupo.
En el año 1984 sale para Colombia definitivamente el P. Gabriel después de seis años más de aporte misionero en Bolivia y en el año 1985 igualmente el P. Israel quien fue trasladado para Ecuador. Se inicia sucesivamente para Cotagaita un desfile de misioneros como Carlos Mario Velásquez 3 años, Luis Carlos Barrientos 1 año, Juan Guillermo Betancur 2 años, Emíl Espinosa 1 año, Orlando Peña 3 años, Javier González 3 años, el asociado Carlos Vélez, 3 años, Juan de la Cruz C.(1999-2002), José de J. Ruiz 2002-03, Francisco Arboleda 04, German Mejías 05, Orlando Peña 06- 07- 08, Silvio Costa 08- 09, Humberto Goitia 2010, Marco Tulio Chacón 2012- 2013, Orlando Peña 2013- 2014 y 2017, Arcadio Valdéz y Santiago Guzmán 2016 – 2017. Ángel Flóres y Jorge Bernardo Rivero V. 2018 – 2020. Para Villazón igualmente una pléyade de misioneros como Gabriel Maya 1978 – 1982, Humberto Herrera y Juan de la Cruz Ceballos 4 años, Miguel Vallejos 3 años, Rodrigo Velásquez, Arturo López y Gustavo Piedrahita 3 años, Ovidio Sejín 3 años, Nelson Torres 3 años, Luis Carlos Barrientos 4 años, Orlando Peña 4 años, Fabián Lopera y Jesús Emilio Osorno Junio 2004 al 5 de Mayo de 2006 cuando se entrega la Parroquia a la Diócesis. En Talina estuvieron los misioneros Raúl Villa 1979, Jaime Duque un año, Mario León Ramírez 5 años, Cecilio García 2 años, José Arturo López 5 años, y desde Villazón Nelson Torres 5 años, Luis Carlos Barrientos y Javier González 4 años, Orlando Peña 4 años, Jesús Emilio Osorno 2 años hasta el año 2006 cuando se entrega a la Diócesis la Parroquia de Talina al mismo tiempo que la Parroquia de Villazón. En esta también estuvo el P. Simón Bolívar.
Año 1985. Se recibe la Parroquia de Vitichi con el P. Cecilio García, 5 años, también en Cotagaita 1 año. En el 91 al 96 llega el P. Edgar Tirado y lo acompañan en diferentes momentos Emil Espinosa, Rafael Collazos, Javier González y Fabián López como diácono. En el 96 sale P. Edgar para la Asamblea General del IMEY donde queda elegido Superior General por seis años. Orlando Peña 97-99, Juan de la Cruz C. 2 años, vuelve el P. Edgar Tirado 2003-2004 y regresa a Colombia por Promoción Episcopal al Vicariato Apostólico de Tierradentro. Lo reemplaza el P. Fabián López 2005 -06 con los seminaristas Adriano Mora, Fredy Olarte y la laica española Angelina Villamala, German Mejías 2007, Omar Marín 2008, Ángel Flóres 09 y 2010 cuando se entrega la Parroquia a la Diócesis en el presente año. Por estos años se atendía Calcha desde Vitichi o desde Cotagaita. Entre otros estuvieron los padres Julio Martín Giraldo, Gildardo de Ossa, 4 años y los hermanos Luis Carlos Cano, Rodrigo Casas y Cesar Agudelo, los padres José Atilano Gómez y Mario León Ramírez. Entre Villazón y Cotagaita estuvo el P. José J. Ruiz por cinco años.
Año 1988 Febrero. Se recibe la Parroquia de Guanay Diócesis de Coroico en los Yungas, del Obispo Thomas Maning. Entran los padres Alejandro Muñoz, Ovidio Sejín y Oscar Londoño Palacio. Caranavi, los padres Carlos Vélez y Elkin Taborda. También integran el equipo, los padres Gustavo Piedrahita, José Arturo López, Orlando Peña, Luis Carlos Barrientos, Emil Espinosa. Entregan a la Diócesis de Coroico las parroquias de los Yungas los padres Rafael Arango y Fabián López, en Junio de 1997.
Año 1991. Se abre La Paz con el P. Luis Carlos Barrientos y 4 seminaristas. P. Juan de la Cruz Ceballos años 2003 – 2013. P. José de J. Ruiz 2005 -2017.
Año 1997 Agosto, reciben la misión de Riberalta (Beni) del Obispo Roger Aubry, los misioneros Rafael Arango, Fabián López, Melquisedec Sánchez, Miguel Sánchez, el asociado Javier Arboleda y el seminarista Humberto Goitia. Entra el P. Francisco Arboleda de Párroco 1998-2002, P. Mario Gil 2001 – 2007 P. José de Jesús Ruiz 2003 – 2004 y Nicolás Jaramillo que cierra la misión en 2007.
Año 2006. Se abren en Cochabamba la Parroquia Virgen de Fátima con el P. Jesús Emilio Osorno de Párroco y la Casa de Formación Cochabamba con el P. Julio Martin Giraldo de Responsable. P. Marco Tulio Chacón 2013 – 14 – 15. P Arcadio Valdez y Santiago Guzmán.
Año 2014. Se abre en Sucre la Parroquia San Francisco Solano con Juan de la Cruz Ceballos y Siguen los padres Omar Marín 2015, Marco Tulio Chacón 2016 – 2017, Felipe Naranjo 2019 y Ángel Flores desde 2016
Año 2018. Se abre en Santa Cruz la Parroquia del Espíritu Santo. El padre Devis de los Reyes Sarmiento y el P. Humberto Goitia son los responsables.
Hubo un gran aporte pastoral, misionero y vida comunitaria a los equipos Javerianos en Bolivia ofrecido y vivido por los Hermanos Profesos del IMEY, Guillermo Cadavid 4 años, José Zapata 2 meses, Cesar Agudelo 2 años, Luis Carlos Cano 3 años, Rodrigo Casas 3 años, Manuel José Colorado 3 años, Carlos Alberto Socha 10 años.
Otros misioneros javerianos en diferentes momentos en Bolivia fueron, Simón Bolívar, Bernardo Fuentes, Adriano Mora, Hugo Castro.
Para resaltar en estos cincuenta años de presencia javeriana en Bolivia
- Construcción de capillas y refacción de templos especialmente en el centro de las parroquias a cargo de los javerianos.
- Refacción de casas parroquiales.
- Construcción de salones parroquiales.
- Refacción de la Capilla de Yuruma como Centro de formación de catequistas para toda la Región Sur de la Diócesis de Potosí.
- Programas de Pastoral Catequética y de Pastoral Juvenil.
- Bibliotecas Parroquiales
- Casas de Pastoral Juvenil y de Pastoral Catequética
- Internados para estudiantes de los anexos en Cotagaita y Vitichi.
- Remodelación Hospital de Cotagaita.
- Integración de las Hermanas Capuchinas Colombianas en la pastoral de las parroquias de Cotagaita y Villazón.
- Campaña vocacional de las Hermanas Capuchinas.
- Campaña vocacional de los Misioneros Javerianos.
- Sostenimiento del periódico semanal Avance en Cotagaita con más de cien números
- Sostenimiento de emisoras radiales en Cotagaita y colaboración en programas radiales en Villazón.
- Representación de catequistas quechuas de Vitichi al Comla V en Belo Horizonte.
- Comisión de catequistas quechuas de Vitichi a la Provincia de Reyes en el oriente boliviano.
- Mayor presencia de algunos misioneros en Bolivia. Orlando Peña 27 años. Juan de la Cruz Ceballos 24 años. José de Jesús Ruiz 17 años. Jesús Emilio Osorno 16 años. Gregorio Sejín 12 años Gabriel Maya 11 años y el hermano Carlos Alberto Socha 10 años.
- Sacerdotes Javerianos oriundos de Bolivia, Rafael Collazos, de Villazón, Humberto Goitia Aramayo de Cotagaita, Ángel Flóres Espinoza de Potosí, Carlos Medina Idagua de Riberalta, Jorge Bernardo Rivero Vargas de Santa Cruz, Yesid Daen Suyo Cazas de Potosí, Mario Ortiz.
- Casa de Formación Cochabamba y estudios filosóficos y teológicos en las universidades del país de estudiantes del Imey.
- Experiencia Pastoral e inserción de Teólogos Javerianos en nuestras Parroquias de Bolivia.
Algunos aportes al conocimiento, reflexión y estudio del hombre boliviano,
a. “Bolivia Cambio y Liberación Misioneros de Yarumal”. Tupiza 1984. Autor, P. Israel Castrillón H. (Javeriano)
b. “Análisis Sociocultural de las Parroquias Javerianas de Calcha, Villazón, Talina, Cotagaita, Vitichi”. 1985. Autor, P. Israel Castrillón H. (Javeriano).
c. “Una Travesía Histórica, Una Travesía Javeriana”. Autor, Don Santiago Guzmán Pizarro mxy. La Paz – Bolivia 4/05/2015. (Monografía).