Hermanos Javerianos: En el año del Cincuentenario de la Fundación Javeriana en Bolivia, les presento este borrador de historia con datos inéditos que nos recuerdan los primeros pasos del IMEY en América. Si tienen algún sugerencia, comentario o rectificación, por favor hacérmela llegar al siguiente correo : gamayasmj@gmail.com
Preámbulo.
La presente “Historia” es un conjunto de fragmentos de información recogida en los archivos del Consejo General del IMEY (Instituto de Misiones Extranjeras de Yarumal), en referencias escritas a disposición de los Misioneros de Yarumal y en la respuesta, oral o escrita, a cuestionarios presentados a misioneros que han vivido su experiencia especialmente en los primeros treinta años de Fundación de la Misión Javeriana en SANTIAGO DE COTAGAITA Bolivia.
Cotagaita conforma la Provincia Norchichas, en el Departamento de Potosí y está situada en las riberas del río Cotagaita. Aunque no es buena tierra para cultivar ni hay abundancia de “buena” agua por “copajira”, que es la mezcla del agua y los reactivos químicos utilizados en los grandes centros mineros del oriente del Departamento, sin embargo se cultivan productos agrícolas de pan coger como el maíz, frutales como la uva en diversa variedad para unos buenos vinos y unos excelentes duraznos, amén de peras y manzanas. Rebaños de ovejas y cabras complementan la dieta ocasional de carne y lana en la subsistencia de sus habitantes.
Cotagaita, la tierra de la “Chaskañawi” (ojos de estrella) novela folclórica y costumbrista de ambiente quechua, escrita por el boliviano y cotagaiteño Carlos Medinaceli, ha cobrado importancia en el transcurso del siglo veinte por estar enclavada en un pequeño valle que da paso a la frontera sur de Bolivia con la República Argentina y se convierte en un solaz de las duras y altas montañas mineras (3.000 a 5.000 metros de Potosí y Chorolque, de Atocha y Telamayu, de Tupiza y Villazón y al occidente del Departamento de Potosí, del maravilloso Salar de Uyuni (desierto de sal, con extensión de 10.000 kilómetros cuadrados y una altura de 4.000 metros sobre el nivel del mar). Y para los Misioneros Javerianos de Yarumal (Colombia) se ha constituido en un faro luminoso de su espíritu evangelizador en el concierto, primero, de América latina y luego del mundo entero. Por algo fue la PRIMERA MISIÓN de los Javerianos fuera del territorio colombiano.
Hitos de una Historia.
Las palabras de Jesús: “…a evangelizar a los pobres me ha enviado el Señor” (Lc. 4,18) fue el punto de partida y la inspiración de un soñador como Monseñor Miguel Ángel Builes, quien al correr de los años sería conocido como el gran Obispo Misionero de la Iglesia Colombiana en el siglo veinte.
El 3 de Agosto de 1924, recién consagrado Obispo de la Diócesis de Santa Rosa de Osos, asistía a la Conferencia Episcopal Colombiana y al Primer Congreso Misional convocado por Monseñor Roberto Vicentini, Nuncio de Su Santidad en Colombia. Allí el Rvdo. Padre Maturín Gehanno, Provincial de los Padres Eudistas en Colombia y recién nombrado por Roma como primer Director Pontificio de la Propagación de la Fe, saludaba en su oración el día ya cercano en que se abriera el primer Seminario de Misiones de América…,y al comentar Monseñor Builes sus impresiones, recordaba “(…) y fue para mí el golpe de gracia cuando el R. P. Maturín al salir, poniéndome cariñosamente su diestra sobre el hombro, me dijo con la más amable sonrisa: a usted le toca, Señor Builes, acometer la obra”. (Revista de Misiones).
Dos hitos importantes en la historia misionera, que iluminaron la mente del Señor Obispo Builes hacia la realización de un sueño, fueron las encíclicas Máximum Illud de Benedicto XV (1919), donde el Papa suscita la responsabilidad de toda la Iglesia respecto a la evangelización universal. “Vayan por todo el mundo proclamando la buena noticia” (Mc. 16,15) y Rerum Novarum de Pio XI (1926) donde se armonizan dos aspectos de la misión “ad gentes”: propagar la fe e implantar la Iglesia. La Iglesia está llamada a hacer partícipe a todos los hombres la redención salvadora. “Que todos los hombres se salven y lleguen a conocer la verdad” (1.Tim 2,4).
Realización de un sueño.
Con tales e “inescrutables” antecedentes y como a semejanza de la cuna pobre de Belén, aparece una nueva estrella en la vieja fonda de arrieros “Contento” el 29 de Junio de 1927 cuando Monseñor Miguel Ángel Builes, Obispo de Santa Rosa de Osos, funda el Seminario de Misiones de Yarumal (Decreto 80) bajo la advocación de María Inmaculada, San Francisco Javier y Santa Teresita del Niño Jesús.
Y…comienza a “hilvanarse” una nueva historia con retoques de Evangelio y dimensión universal. Es “del yunque do labran las hoces con que pronto se van a segar”.
- 25 de septiembre. Ordenación Sacerdotal de los siete primeros misioneros javerianos de Yarumal (MXY).
Envío de los primeros ordenados a regiones del Magdalena medio, de las Diócesis de Santa Marta y Cartagena (Nov. 9), a lo largo del Rio Magdalena y a algunas parroquias en el interior del país con auténtico “tipo misional”. Van a hacer realidad los sueños que el Obispo fundador, Monseñor Miguel Ángel Builes vislumbraba desde sus primeros años de sacerdocio.
- 29 de octubre. La Santa Sede asume el Seminario de Misiones de Yarumal como “Instituto de Misiones Extranjeras de Yarumal” (IMEY) y lo encomienda a la directa dependencia de la Sagrada Congregación de Propaganda Fide. A partir de este hecho comienza a delinearse el derrotero que ha de seguir el Instituto, primero en Colombia con territorios propios y luego abriendo el horizonte a América y a otros continentes con nuevas lenguas, razas y culturas.
- La Santa Sede confía al Instituto su primera jurisdicción misional al crear la Prefectura Apostólica de Labateca entre los indígenas denominados “Tunebos” y su primer Prefecto y primer Prelado del IMEY Monseñor Luis Eduardo García.
- 1949. Creación de la Prefectura Apostólica de Mitú encomendada al IMEY y como Prefecto Monseñor Gerardo Valencia Cano, mxy. Esta región estaba integrada por más de veinticinco etnias indígenas, diseminadas a lo largo y ancho de los ríos Vaupés, Guaviare, Inírida y Guainía, en la zona oriental de Colombia. Esta vasta región de 150.000 kilómetros cuadrados y que llevaba el nombre de Vaupés, en años posteriores (1991) conformaría tres Departamentos Nacionales: Vaupés – Guaviare y Guainía y daría origen a tres Vicariatos Apostólicos erigidos por la Santa Sede y encomendados al Instituto de Misiones: Mitú -19 Junio de 1989 – con Monseñor Gustavo Ángel Ramírez, mxy como Vicario Apostólico. San José del Guaviare – 19 de Junio de 1989 – con Monseñor Belarmino Correa Yepes, mxy como Vicario Apostólico e Inírida – 30 de Noviembre de 1996 – con Monseñor Antonio Bayter Abud, mxy como Vicario Apostólico.
- 1953. Creación de los Vicariatos Apostólicos de Buenaventura e Istmina y encomendados a los primeros Obispos Javerianos Monseñor Gerardo Valencia Cano, mxy y Monseñor Gustavo Posada Peláez, mxy respectivamente. Estos Vicariatos fueron ubicados en la región del mar Pacífico e integrados por pueblos con un alto porcentaje de raza negra y a lo largo del rio San Juan con comunidades negras y comunidades indígenas principalmente de etnia Embera.
- 1956. Se reintegra la antigua Prefectura de Arauca con la zona habitada por las comunidades indígenas U’wa (tunebos) y su administración que estaba en manos de los PP. Vicentinos, pasa a manos de los Misioneros de Yarumal y Monseñor Luis Eduardo García G. mxy se posesiona como Prefecto Apostólico de Arauca. A la muerte de Monseñor García en 1970, la Prefectura fue elevada a rango de Vicariato Apostólico y Consagrado Obispo Monseñor Jesús Emilio Jaramillo Monsalve, mxy (año 1971), quien en el año de 1989 Octubre 2, muere martirizado en manos del grupo guerrillero ELN.
Años 1960 – 1962. Misiones “ad extra”.
Eran numerosas las invitaciones de diferentes Diócesis de Colombia, de América y de más allá del mar que el IMEY recibía para que les compartieran la fe cristiana. No era de extrañar entonces que la amplitud de miras del Seminario en contexto de Iglesia universal facilitara que la Santa Sede diera el “plácet” para el envío de misioneros a Ruanda, Burundi y el Congo en el Continente Africano. Sin embargo, en vista de los problemas surgidos en aquel entonces, contra misioneros y dirigentes no africanos, la Santa Sede revoca su voluntad e insinúa “en que no considera, por ahora, oportuno que el IMEY acepte enviar sus misioneros fuera de América Latina, para no dispersar fuerzas en un momento en que este Continente se enfrenta con tantas y tan graves necesidades”. (Revista de Misiones)”.
1966-1972. Este período marca un nuevo hito en el proceso de evangelización de la Comunidad de los Javerianos. Se realiza el Cuarto Capítulo General del IMEY en el cual se elige un nuevo Consejo General que debe dar cumplimiento al mandato de abrir misiones en América Latina. Son elegidos como Superior General, P. Heriberto Correa Yepes y Consejeros P.P. Alfredo Pérez como Vicario General, Fabio Bernal, Antonio Bayter y Apolinar Cuartas, todos javerianos.
- 28 de noviembre. Viajan el Superior General del IMEY, P. Heriberto Correa Yepes y el P. Gerardo Jaramillo G. mxy a las Diócesis de Puno y de Huancayo en el Perú, para estudiar la posibilidad de una misión para el Imey. Fue descartada esta posibilidad al final por no ofrecer garantía de una zona o región para nuestro Instituto. Continúa el viaje del P. Superior y su acompañante hasta la ciudad de La Paz en donde hacen contacto con diversos Obispos de Bolivia y particularmente con los Obispos de Oruro y Potosí. Definitivamente optan por la Diócesis de Potosí con Monseñor Bernardo Fey Schneider, quien les ofrece buenas perspectivas de región para los misioneros javerianos en su diócesis. Este fue el signo providencial que indicaba nuevos horizontes para la labor misionera de nuestro Instituto y que consolidaba los sueños del Fundador.