Comunicado No. 1 Asamblea Consultiva - Hacia una Iglesia Sinodal

El pasado domingo, con la celebración de la Eucaristía en la Casa de Emaús, se dio comienzo a la Asamblea Consultiva 2021. La compañía de los padres y hermanos mayores y de un grupo significativo de laicos misioneros, enriqueció la celebración.

Utilizando las nuevas tecnologías, nos hemos sentado en la misma mesa, misioneros ubicados en diferentes rincones del planeta en donde trabajamos los Misioneros de Yarumal. En ambiente fraterno y sorteando las dificultades técnicas hemos compartido la primera parte de los informes preparados por los delegados de las diferentes fraternidades misioneras.

La primera parte de los informes, respondieron al primer tema planteado por la comisión preparatoria sobre el tema del personal. El compartir de este tema nos condujo a una reflexión sobre nuestro carisma misionero y nuestra opción fundamental la misión ad gentes. Fue notoria la preocupación de los participantes por reafirmar nuestra opción misionera ad gentes, al servicio de los que no conocen a Jesucristo y entre ellos a los más pobres. “El Instituto fundamenta su identidad en la misión de la Iglesia de anunciar el evangelio a todas las naciones, entre pueblos de otras culturas y tradiciones religiosas y entre ellos, los más pobres”. (Constituciones 3 y 4)

Contamos con sus oraciones y esperamos sus aportes y comentarios

Un cordial saludo para todos.

A continuación las palabras de apertura dirigidas por el padre Germán Mazo, Superior General.

INTRODUCCIÓN.
Este es el grupo que busca que Señor…

Queridos hermanos Misioneros de Yarumal, presentes aquí en esta sala y todos los que están conectados desde nuestras diferentes misiones ya sea como Delegados o como participantes libres de esta Asamblea.

Queridos laicos Misioneros, muy particularmente Juan Gabriel, Reinaldo Cadavid, nuestro moderador, Judith Marcela quien nos ayudará con el servicio de la Secretaría, Mardary Franco Presidenta de la Asociación Milaya y todos los demás laicos que virtualmente participan con nosotros.

Para todos ustedes un saludo fraterno en el Señor Jesús que es el que nos congrega, y quien es el centro de nuestra Asamblea. En su nombre fuimos escogidos, en su nombre consagrados, en su nombre enviados, y ahora, en su nombre reunidos para la celebración de esta Asamblea Consultiva.

No podríamos comenzar adecuadamente nuestro encuentro de Asamblea sin traer aquí y ahora la Persona de nuestro Fundador el Venerable Monseñor Miguel Angel Builes, quien estará también presente en medio de nosotros en cada uno de los momentos. El, como buen padre, sigue acompañando en intercediendo eficazmente por nuestro Instituto y su trabajo misionero.

Igualmente invocamos la intercesión de nuestros patronos San Francisco Javier, Santa Teresita del Niño Jesús, y muy cariñosamente la de nuestro Beato Monseñor Jesús Emilio Jaramillo, Profeta y Mártir de la Paz quien con su entrega hasta el sacrificio, ilumina el ser y el qué hacer del Instituto hoy. Igualmente traemos a la memoria el recuerdo de nuestros santos predecesores: entre los cuales debo nombrar a Mons. Luis Eduardo García, Mons. Gerardo Valencia Cano, Padre Abraham Builes, Mons. Heriberto Correa Yépez y la de todos esos antecesores nuestros que hacen larga la lista de los que forjaron y moldearon la historia del IMEY.

De manera particular, hacemos memoria de aquellos a quienes el Señor llamó a su casa más recientemente: Monseñor Belarmino Correa, Monseñor Antonio Bayter, quien estuvo presente en estos eventos institucionales hasta el final de su vida, El Padre José del Rosario Jiménez de quien esta misma semana celebraremos un año de resurrección, y la de todos los hermanos nuestros fallecidos durante este periodo de gobierno. A todos pedimos que intercedan por el buen desarrollo de nuestra Asamblea Consultiva.

Quiero resaltar la participación directa de los laicos en esta Asamblea, quienes con el servicio técnico, el de moderador y el de secretaría participan plenamente de la estructura de nuestro encuentro. Ellos, en la voz de la presidenta de la Asociación Milaya, nos darán, como cada uno de los delegados, su aporte en cada uno de los temas preparados. Gracias, queridos laicos por aceptar nuestra invitación a reflexionar, preparar, trabajar y orar con nosotros en esta asamblea, participando no sólo en los servicios antes mencionados sino también en otros de logística y liturgia.

Nuestra Asamblea Consultiva, se inscribe dentro del contexto de la Sinodalidad en el cual el Papa Francisco ha introducido la Iglesia con miras al próximo Sínodo de Obispos. La sinodalidad es una dinámica que parte de la participación y escucha de todos buscando esencialmente reflexiones que nos permitan abordar nuestra problemática, realidad y desafíos, y que permitan iluminarlas partir de la palabra de Dios y de nuestras experiencias personales y comunitarias.

En esa dinámica hemos preparado y estructurado esa Asamblea, y por eso hemos distribuido el tiempo, si bien, limitado, para que haya la participación de todos los delegados en cada uno de los temas que previamente han sido escogidos y reflexionados durante el periodo de preparación. Agradecemos a la Comisión Preparatoria el trabajo realizado en la reflexión hecha durante todos estos meses como trabajo preparatorio.

El contexto mundial en esta hora de la historia se ve interpelado por nuevas situaciones de crisis que desafían la misión ad gentes. Entre esas situaciones señalo particularmente: la crisis económica acentuada entre los pobres como consecuencia de la pandemia, la destrucción cada vez más profunda del tejido familiar y de los valores que le permitirían guardar su unidad e integridad, el fenómeno de las migraciones que aumenta exponencialmente en todas las regiones del mundo, el recrudecimiento de la violencia por nuevos focos de conflicto y por el surgimiento de nuevas formas violentas en todas las regiones del mundo, la crisis ecológica que requiere acciones inmediatas para poder evitar la destrucción de la casa común, la polarización política de las sociedades que impide elaborar proyectos comunes de desarrollo y unir fuerzas para trabajar por el bien de los pueblos. En medio de este contexto, nosotros también estamos pasando por un nuevo periodo de crisis en el Instituto, crisis que ha tocado hasta la misma fraternidad del Consejo General y que tiene entre sus efectos más negativos, el desánimo y la frustración de muchos de los pobres y necesitados que hacen parte de las comunidades y misiones que nos han sido confiadas. Crisis que preocupan profundamente pero que no reduce en su expresión la entrega de la gran mayoría de nuestros hermanos al Señor al servicio de la misión ad gentes entre los pobres. Estamos aquí para mirar y reflexionar nuestras crisis como también para animar y resaltar las expresiones más auténticas de entrega y consagración misionera que brillan en medio de nosotros.

Quiero invitarlos a mirar nuestras luces y sombras en esta Asamblea no desde el pesimismo y el fatalismo, sino desde la confianza esperanzadora que nos da nuestra búsqueda por ser fieles a Jesús, por ser fieles a su Evangelio. El mal espíritu de la derrota es hermano de la tentación de separar antes de tiempo el trigo de la cizaña, producto de una desconfianza ansiosa y egocéntrica. (EG 85). No nos dejemos robar la esperanza. Igualmente quiero invitarlos a participar en esta Asamblea no desde la rivalidad, la pelea y la división, sino desde el espíritu de fraternidad que nos hace hermanos discípulos seguidores de un mismo Maestro. Me duele tanto comprobar cómo en algunas comunidades cristianas, y aun entre personas consagradas consentimos diversas formas de odio, divisiones, calumnias, difamaciones, venganzas, celos, deseos de imponer las propias ideas a costa de cualquier cosa, y hasta de persecuciones que parecen una implacable caza de brujas. ¿A quién vamos a evangelizar con esos comportamientos? (EG 100). Por eso mis hermanos, a partir de las reflexiones en esta Asamblea digamos un no rotundo a la guerra entre nosotros, sí a las relaciones nuevas que genera Jesucristo.

Esta Asamblea Consultiva en modalidad virtual, es la primera que se realiza en este estilo en nuestro Instituto. Tenemos claro que ella descuadra la manera tradicional en la que hemos realizado este tipo de encuentros en la comunidad, y nos trae limitantes, sobre todo de tiempo que en otras ocasiones hemos utilizado con abundancia. Les pedimos, por tanto, el favor de organizar sus intervenciones con precisión, con el fin de aprovechar al máximo el tiempo que se le concederá a cada uno y evitar así que cortemos el tiempo que le corresponde a los participantes siguientes.

Pero la limitante de tiempo también la podemos convertir en una ventaja, porque ella nos exigirá ser más concisos y más precisos en nuestras reflexiones, yendo directamente a lo esencial de lo que queremos expresar, siendo más claros en nuestras opiniones y evitando perdernos en explicaciones que no siempre son necesarias y que extienden a veces, nuestra participación. Este ejercicio de precisión y de síntesis en nuestra reflexión, debido a la limitante del tiempo, también facilitará la elaboración de las conclusiones aportando más claridad al documento final. La Asamblea virtual también nos facilita más el poder entrar en comunión y participación aún desde los distintos lugares de servicio misionero participando en tiempo real de las reflexiones e intervenciones que se hagan, lo que nos permite conocer de primera mano el sentir y las reflexiones del Instituto. Sabemos también que esta modalidad nos presenta las dificultades técnicas propias de un sistema que aún no dominamos pero al cual debemos acostumbrarnos cada vez más pues entra a formar parte de los procesos de trabajo del mundo de hoy del cual nuestro Instituto no es ajeno.

Vamos pues a esta Asamblea, con la fe firme en que este es el grupo que busca al Señor, y que buscándolo con sincero corazón, encontrará el camino para serle fiel a él y a la misión que Él nos ha encomendado.

P. GERMÁN MAZO M. mxy
Superior General del IMEY